Yo, aquí, escribiendo,
Y tú, ahí, tan cerca.
Y tú, ahí, tan cerca.
Si de quererte tanto,
una flor se estremece entre tus dedos,
o acaso, una estrella en tu pupila tintinea,
ríe, con esa risa de fuente en primavera.
Si de la vida
Tú,
si del poema
Tú.
Y mi voz tiembla (estás tan cerca)
que no me importan las tormentas,
porque de tus manos secretos,
y de tus labios,tan lentos,
sabré que eres tú -Guardián de Luz-
que vienes a calmar el recinto de mi vientre.
*
Que bonito tener un Guardián de luz, que siempre te protega amiga. Bello poema y sentimientos engarzados con amor y dulzura,
ResponderEliminarMi felicitación Isabel
Y qué profundo y sugerente ése gentil y hospitaario recinto de tu vientre ¡y olé!
ResponderEliminarIsabel,tu poema se hace flor,estrella y fuente cantarina en primavera...Tus letras aman y reciben la luz para seguir inspirándose en la madre y sabia naturaleza,que te infunde el secreto de la vida,el amor.
ResponderEliminarTodo ha sido positivo,días muy intensos...A Munich sólo le falta el sol de España.Ya os contaré.
Te dejo mi gratitud por compartir y mi abrazo grande,amiga.
M.Jesús
bello poema emanas emocion al leerte cumbre de sentimientos heremosos.,..bello
ResponderEliminarsaludos
linda semana
abrazos
Hola Isabel, lindo poema que engarzas con versos de amor y tu GUARDIÁN DE LUZ.
ResponderEliminarAbrazo sincero
M. Ángel
Me gustan la estrella en la pupila y "esa risa de fuente en primavera". También encuentro particularmente bello el último verso: "calmar el recinto de mi vientre".
ResponderEliminarSe echaba de menos tu poesía.
Un abrazo, Isabel.
Un placer volver a leerte. Saludos.
ResponderEliminarLa estrofa inicial me cuativó, Isabel, pero es la segunda la que más me dijo:
ResponderEliminar'Si de la vida
Tú,
si del poema
Tú.'
Es que el amor hace que veamos al ser amado en todas partes, sobre todo en los versos.
Me alegra que hayas vuelto renovada e inspirada. Te he echado de menos.
Mis ojos amasan nostalgias
ResponderEliminaren un postre nuevo
casi feliz.
Quisiera un jardín para contemplar
el desvanecimiento de las horas
en las tardes frías,
para gastar el ayer
acompañado de llanto y vino.
Supongo que el silencio
es una sustancia
hecha de palabras muertas.
Ahora que pido fuerzas
para ser otro hombre,
desciende sobre mi
el aura de mi mujer.
La tibieza de su piel es boreal.
Sonrío un poco,
su beso me ha curado.
anuar.
Isabel,gracias por tu comentario.
ResponderEliminarSabes como yo,que la palabra limpia y nueva prende el fuego de Navidad,cuando hemos limpiado la estancia...
Te dsjo mi abrazo grande y mi ánimo para que no dejes de escribir.La poesía es medicina mágica,que nos eleva y nos ayuda a intuir el milagro de cada día...!
M.Jesús
intriga de una manera tan tierna, que vale la pena,leer una y otra vez.
ResponderEliminarun saludo.
es posible que nunca te abandone aquél feliz guardián de la luz de tu lírica exquisita, porque tus merecimientos son tantos y tantos, que en el olimpo, otorgaron única dispensa y dictamen a cumplirse
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