jueves, 29 de abril de 2010
Siempre contigo, Madre.
He ido contigo, Madre, a podar el romero, a desnudarlo de hojas muertas, a ese dulzor que se aferra al sol y despunta sus flores. He estado contigo, Madre, a la sombra del lloredal, en el banco que papá nos hizo y donde se agotaban las tardes desvainando guisantes (le escuchamos cantar coplas al viento mientras mima a las tomateras que se mustian en la niebla).
Siempre voy, Madre, contigo, a los olores de tus manos de yerba buena , al calor de tu amor entre las flores, he de decirte que alguna se me ha muerto, después de tu partida se inundaron de tristeza, pero otras, otras siguen Madre y llenan de tu aroma mi memoria.
*
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En ese banco los versos
ResponderEliminarmiman todos los recuerdos
y dan caídez y ternura
a la memoria, a las caricias
sobre las plantas
que nos dejan el aroma
inconfundible de sus manos
y la fuerza de su abrazo.
Siempre en mi abrazo.
estas letras me han puesto una corbata invisible anudada de emoción al cuello
ResponderEliminarHermoso homenaje y panegírico a tu madre, a quien justificadamente sitúas a la altura de Dios, puesto que lo escribes con mayúscula inicial. Parece claro que ella fue quien te enseñó a amar la Naturaleza. Me ha gustado especialmente este fragmento: "a ese dulzor que se aferra al sol y despunta sus flores". Porque no siempre el amor es el de pareja...
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
palabras que dicen mucho y enseñan mucho. Hay tanto que aprender de nuestros padre.
ResponderEliminarun saludo
Isabel,entiendo en profundidad el texto,que has escrito como homenaje a tu madre..Una madre se lleva en los ojos,en la médula,en la voz y en el aire que respiramos..!!
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande amiga.
M.Jesús
Suavemente, casi con el mismo vaivén de esos aromas embrujadores que describes, se pasea ese recuerdo por tus versos. Recuerdo magno que nos acompaña y nos devuelve a ese origen donde fuimos acogidos en toda nuestra dimensión humana. Muy, muy bello. Te dejo un abrazo fuerte.
ResponderEliminarGracias de corazón, besos y cariños
ResponderEliminarDichosa tú que conservas esa memoria tan hermosa.
ResponderEliminarCuánta belleza mi estimada dama, yo he leído detenidamente vuestro escrito con devoción y ternura por ser una memoria vuestra, un sentimiento plasmado que me hace ver a mi madre con cariño
ResponderEliminar.
Me ha gustado mucho que vos haga remembranza a sus cosas, sus flores, su banco donde solían sentar, las escenas que compartieron y que sin duda estuvieron embargadas de conocimiento empírico.
Sos una mujer noble, sos la creación en su mayoría de vuestros padres quienes en vos forjaron los cimientos de lo que sos hoy. Agradezco a vuestra madre en donde sea que esté por ofreceros la dicha de conoceros mi bella dama como sos.
Lo he mostrado a mi madre y abuela, ambas sucumbieron en lágrimas al escucharlo. Gracias.
Con mucho aprecio y admiración
Vuestra Yoko
Un post tan especial, tan cargado de sentimiento... de recuerdo y presente..
ResponderEliminarUn abrazo mi querida Isabel... deseo tengas un excelente fin de semana...
JALE
Precioso poema amiga cargado de ternura y gratos recuerdos. Nada como una madre para ser cuna de sentimientos desbordados.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel.
Qué puedo decirte, Isabel, nada consuela el dolor de la partida de una Madre, puedo citar a Vallejo, reclamando a Jesús: 'Tú no tienes Marías que se van'.
ResponderEliminarTu Madre, debió ser muy dulce, tanto como tú.
Me has dejado el corazón estrujado.
Un abrazo fortísimo.