Ya está callada la Luna y quieta sobre el lago, clara en todos los caminos. Tú, eres el verso, amado mío, yo sólo palabra.
Me asomo sin dolor alguno al balcón del cuarto, donde tantas veces las camelias fueron cómplices del ardor del sol en mi espalda, en el aire pompas de jabón estallan con aromas de lavanda.
También entonces era Octubre, y mis letras se quebraban de madrugada, hasta que Tú, Poesía añil entraste, nunca tardía: Palabra.
Verseo. Te nombro.
Entre hipérboles,
morí de amor en alguna de mis metáforas.
Qué sumisión triunfal, llora un oxímoron,
cuánta expansión elíptica entre soflamas,
cuántos circunloquios de agua
sobrecargando epítetos de a-mares,
con lo cómoda que es la retórica fácil
y tanto pleonasmo para decir:
Te quiero.
Amor.
Vida.
Sueño.
Silencio.
Grito.
Luz.
Palabra.
*
Sin duda, este poema tiene más elaboración y originalidad que los otros, tanto en la forma como en el fondo. Combinar versos largos, incluso párrafos, con versos cortos es un acierto. Has hecho poesía de la retórica, acomodando los tropos a la metáfora, para al final concluir con un mensaje tan sencillo como falto de retórica. La imagen de la luna es muy bella.
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel.
La introducción, está elaborada en forma de prosa, pero una prosa versada. La imagen inicial de la luna quieta y clara en todos los caminos, es el escenario perfecto para hablar de poesía y de amor. 'Verseo' se me antoja muy original, y en realidad todo el poema, peculiar.
ResponderEliminarDivino el poema Isabel. Tan cierto en esa necesidad, casi inexplicable de "versear". Me gusta mucho el formato que utilizaste para este poema, su planteamiento, las imágenes. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Isabel, paso a saludarte, a la vez a deleitarme con esta linda poesía.
ResponderEliminarAbrazo.
M. Ángel
Ese toque Cortazariano es enorme... Un abrazo y un saludo a tus versos.. distintos... hermosos
ResponderEliminarIsabel, me acerco a tu cuaderno y en una primera ojeada descubro mucho y muy bueno, como no podía ser de otro modo. Me ha gustado tu interés por la lengua asturiana; como leonés que nunca aprendió a hablar en leonés siento cierta envidia (fíjate lo que son las cosas, que he aprendido euskera antes que mi propio idioma). Un saludo, en fin, y con el enlace en Lucernarios espero acudir más a menudo a estas fuentes literarias que nos ofreces en estas Tempestades De Amar.
ResponderEliminarSalud
Tengo que decirte, estimado Julio, que hago pinitos con el asturiano, no me atrevo pues sé de oídas y dependiendo de la zona, se habla distinto y los entendidos lingüistas podrían enfadarse conmigo, jeje, gracias por venir a mi humilde rincón de poesía, aunque ahora parece que se me ha ido de vacaciones, o yo tengo la cabeza en otras cosas, no sé, pero por si no vuelve enseguida, aquí encontrarás casi todos mis poemas, para cuando te apetezca volver, estás en tu casa.
ResponderEliminarMi abrazo, agradecido
Gracias a tod@s y hasta pronto, hasta siempre...
ResponderEliminar"También entonces era octubre..." y, de repente, nos encontramos sumergidos en la vorágine de la vida que empieza en un te quiero y termina en la palabra. Todo un acierto.
ResponderEliminarSalud
Bellísimo.
ResponderEliminarCariños
Gracias, Gloria, cariños para ti también.
ResponderEliminar