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Es zumo esta primavera del vientre
crujen orgasmos como hojas.
Salvaje la brisa del aliento
trastoca los riscos, los arma.
De la boca que abre reinos en la nuca,
del esplendor plácido
que fértil en mi orilla manara,
de tu voz en mi oído
llevo trinos de nostalgia.
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La nostalgia siempre nos acompaña,
ResponderEliminarforma parte de ese equipaje inseparable.
Un beso, estimada Isabel.
Sí es una de las mejores musas del poeta, es bella en su carga de melancolía
ResponderEliminarun Beso, Jesús
La primavera, los orgasmos, la brisa, la nuca, el agua que mana, los trinos... Son tantos los recuerdos que me provocan esas palabras.
ResponderEliminarHermoso poema. Un abrazo, Isabel.
Los recuerdos perduran estimado amigo, nadie nos los puede quitar, nadie.
ResponderEliminarUn abrazo, Óscar
Me alegra haber llegado a tu blog, Isabel. Ya te habrán comentado que admiro tu poesía.
ResponderEliminarHas dibujado un paisaje natural, que se corona con una melancolía final en los trinos de nostalgia.
Los recuerdos permanecen siempre, sí. Mientras los recordamos, suelen dibujarnos una sonrisa en el rostro, pero al regresar a la realidad, nos dejan el dolor de saber que son sólo eso: recuerdos.
Un gran abrazo.
Gracias Marisol, sí, eso me han comentado, espero compartir poesía y letras desde este mundo virtual en la distancia.
ResponderEliminarTu comentario es razonado y razonable, sólo te digo que también hay personas que no tienen desgracidamente esos recuerdos.
Un beso y agradecida de tu paso por estas tempestades.