martes, 30 de marzo de 2010

Nunca hay prisa en las miradas de un bolero




Tú sabes que nunca hay prisa en las miradas de un bolero,
lo sabes, ¿verdad?
Será por eso que te empeñas en despeinar mi pelo de trigo maduro
y ya me hace falta sentir de nuevo tu aliento
cosquilleando en mi oído un poco de vértigo.

No, no voy a callarme la boca,
sólo tus labios sabrían hacerlo, besarme,
digo, callarme.

Empero, ay de mí,
si tus dedos en mi espalda, me arden
y me obligan, ¿sabrás perdonarme?
al roce tímido de la geografía de tus muslos,
firme relieve se vuelven mis pechos
cuando tu mirada bajas desalmado,
y como el que no quiere la cosa
dejas caer un beso en mi hombro,
y me miras así,
como tú miras,
desperdigándome con tus ojos travitiernos,
como si fueras el último romántico,
y mis labios,
mis labios se mueren de la sed de los tuyos,
y te digo bajito, bésame, amor mío,
que se está acabando el bolero.

lunes, 29 de marzo de 2010

Monólogo de una caricia





Aflora en la piel como una primavera cautiva
con racimos de acacias que impregnan los poros,
de la cálida mano un resplandor de girasoles.

Duende es el susurro, leve del haragán tejido;
escúchame, siénteme,
siente mi roce de pan de higo
que íntimo te fundirán de rojas rosas.


También llora el mar en primavera
de la ausente luz,
del abatimiento hendido de frío.
¿Dónde los girasoles podrán nutrirse?


Tarda la noche anunciadora,
las sábanas son cenizas de olvido,
no hay voz que nombre la flor del cerezo,
roncos los labios se agrietan de espinos.


*

martes, 2 de marzo de 2010

Son tus labios como el torrente de un río




Son tus labios como el torrente de un río
que murmura amor bajo las piedras.

Líquida, ceñida en la resaca de los besos,
mis dedos ondulan remolinos de luz en tu nuca.

Florecen arroyos en las miradas ávidas
y bucean las pupilas en piélagos de espuma.

Bisbisean las lenguas un crujir de pavesas,
abrasan saltarinas y pandean casi primitivas
sobre la piel desnuda.

Soy jaral en tu fulgor caudaloso
y suspiran tu frescor todos los romeros
que se abandonan a la siembra
de tus caricias de agua.


*