miércoles, 23 de octubre de 2013

La tarde que te amé

*
Te llamé agua y viniste lloviendo,
y escribimos nuestros nombres en el tiempo.

Se llueve la tarde, te dije,  
y nos amamos en silencio,
como se ama el fuego cotidiano,
tú y yo prendiendo llamas
hasta que nos cubrió la noche
para cruzarnos como un río
y hacer navegables las pisadas.

Te ll-amé agua en la tarde
y las bocas se bebieron los vahos
ignorantes de toda desnudez,
gota y temblor en los tejados,
aguacero en el delta de los muslos.

Nos han calado arrugas en las sienes
temporales de azul y chaparrones,
así llueve la vida cuando se ama,
las cosas pequeñas, lo que duele,
y querer no morirse, no del todo,
o morir así, entre tus brazos.

Te llamé agua aquella tarde,
y hoy te digo ven, lluéveme,
aquieta este diluvio de pasiones.

*

martes, 1 de octubre de 2013

Así era la vida


Durante muchos años durmió en un colchón de lana
que en agosto vareaba,
su almohada era de sueños,
y de su camisón el canesú
donde espantar los miedos.

Así era la vida,
una tina con las sábanas que tendía al verde,
ir a por agua a la fuente,
y los domingos a misa, sin falta.

-Un temblor de casa por el barreno de la mina,
con un mohín de susto se santigua-

Las tres y mi padre baja por la caleya,
el plato caliente, el vino fresco,
las zapatillas y un beso en la puerta.  

El amor era mi madre, de apellido feliz,
y de nombre, sus hijos, nietos y biznieta.

Era la vida ya tranquila,
todo en su sitio, todo limpio,
el delantal nuevo, la mesa llena.
Todo dispuesto para la muerte. 
*