jueves, 25 de octubre de 2012

Amarar
















Amarar en tus ojos la tarde
es
  ca
     lo
       na
          da
fuga de instantes y brújulas
que me siguen llevando a una latitud incendiaria
mientras traduzco en tu piel el lenguaje de las olas,
te hago saber del enigma de mi boca en su acechanza,
y de tu voz, halo que me pronuncia,
(incluso cuando está la mar brava).
- Promesa de luz- tropel que agita mi eslora,
para reverdecer en forma de arboladura si voy a tu costado de río,
entonces me engullo en el azogue que silabea el agua y su espuma,
temblor de torrentera, suicidio de muslos que comba en los acantilados polizontes.
Pleamar a contraviento, beso de nube, rompiente en calma
trepa por mi vientre la anarquía de tu playa.

jueves, 11 de octubre de 2012

A ti, amigo mío, paz de fuente


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Busco aquella tertulia de tus ojos,
en mi cansancio el calor de tu mano,
requiebro de una tarde de verano,
aliento de mi vida y mis enojos,
 
Te busco cuando lloro entre rastrojos
y si alegre camino por el llano,
te encuentro en el arroyo libre y sano,
en tu alma no existieron los cerrojos.
 
A ti, amigo mío, paz de fuente,
te llamo como el sol a la mañana,
te debo la alegría de mi frente,
 
el cariño por ti sigue latente,
por eso siempre dejo en tu ventana,
un racimo de amor como simiente.


*

miércoles, 10 de octubre de 2012

Ensalada templada de versuras






















Ensalada templada de versuras
o tribulaciones de un ama de casa.


Como un susurro intenso, me pregunto:
¿qué comemos mañana? es mi último pensamiento,
y es que entre rimas salgo al huerto
recojo un puñado de guisantes
y pienso en los acentos de un soneto.
Al punto ya paró la lavadora
y está haciendo un sol estupendo,
¡vaya! esta mancha en la camisa se resiste
vuelta al ruedo, a frotar con más esmero.

Ship ship.. ya la olla está avisando,
no se vayan a quemar las lentejas,
¿qué rima con panaché de verduras?
anoto en el rollo absorbente
el aderezo de un verso en tempura,
“vuelan alto los frágiles vilanos”
van jugando cogidos de la mano”

Uy, se me ha olvidado echarle al pollo cardamomo,
¡qué dolor! las lentejas se han pegado,
“necesitaban agua con premura”
y a esti pitu aún le falta media hora,
nada pasa, airosa no me estreso,
ya en la mesa les digo con dulzura,
hoy a dieta
ensalada templada de versuras.

*
Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
Porque hay días para todo y mucho más...

martes, 9 de octubre de 2012

Érase que se era


















Se ahueca la tristeza en mis manos,
no atino a escribir el verso que mereces,
emborrono silencios entre fonemas,
bajo esta tinta azulada te llamo.

Porque vuelves, huésped eterno,
siempre vuelves con el otoño,
cómplice y arraigado.
Los prados se cubren de erizos,
asoman las castañas, está soplando el viento,
y al viento le hablo
que deja en mi jardín un caos de hojas secas
y unos ojos de miel entre las sombras.

Al viento le hablo y un érase que se era
sabe de la mansa madurez de las ciruelas
deseosas de ser entre unos labios,
(qué apacible volar enredos en tu pelo
o precipitarse río corriente abajo)
Y quien dice río ser luz de tu mirada errante,
ocupando un íntimo resquicio de tu espacio
llevarte lejos, muy lejos, al trote de un caballo
que no sea de humo ni de alambre;
pero no me hagas caso, que al viento le hablo
y el viento es un ermitaño que siempre pasa de largo.

Érase que se era,
la chimenea crepita en esta hora lenta
y las pavesas se abaten
                                   como las quimeras.


*

martes, 2 de octubre de 2012

Era viento y septiembre



















A Eloy, con amor, por llevar aguantándome 25 años... y suma y sigue.

Memoria de tu voz y de tu cuerpo
mi juventud y mis palabras sean
y esta imagen de ti me sobreviva.
José Ángel Valente


Eres la luz en el camino
o un lento atardecer entre maizales.

Era viento y septiembre,
y los rayos del sol ensayando tumbarse
impacientes sobre los campos.

Una nube jugaba a tener muchos brazos,
los árboles silbaban con sus ramas,
y una canción de purpúreas rosas
en nuestros labios reventaba.

Hoguera de mirada y tango.
Tararea nanas la luna,
mientras tú pescas renacuajos,
yo leo al poeta:
sus limones y su amargura.

Así fuimos heredando la vejez de los aljibes
y ese sosiego de cúpulas con narguile,
bajo la luz del alba campesina.

*