lunes, 30 de mayo de 2011

Entre pulgas y perros
















Llegaste a despertarme con tu risa,
al tiempo que almorzabas a tu antojo
un súbito picor ¡ay qué sonrojo!
mi pata ya no llega a tal pesquisa.

Dónde está la jocunda y la sumisa
que pasaba los días sin enojo
en mi lomo al resguardo del manojo
mechón que te mecía con la brisa.


No me quieres, lo siento en tu mordisco
¡qué sufrimiento,  elevo una plegaria!
Mientras tú gozas, sólo siento el fiasco;

soy perro viejo apenas nada rasco,
haz de mi vida algo menos precaria
dame el bocado grácil y no arisco.

He dicho y sin ofusco:
mala pulga, te has vuelto tan amarga
busca  otro can ¡per diez! que ya eres carga.


*

viernes, 13 de mayo de 2011

Sara en Praga




Ya llegas,
estás a la altura de mi pecho.
¡Arriba, mi luz exacta!
“haremos un queque de zapallito”
ya llegas con el verano.








¡Quiérote!

Orbaya





Que nun me xulguen los tos güeyos,
güei podría morrer de tanta guapura.
Allongo la mirada
llabro la to cara colos mios deos
siento'l quexíu de la tierra,
el verdor de los praos,
y tu, equí, orbayando amor.

Siento que me pertenece este orbayo
que hace que los ojos se alarguen
para estremecer mi alma con semillas de dádivas.

Orbaya, sí, mis manos alzo al infinito,
como si pudiera labrar en el aire tu rostro con mis dedos,
o entender la belleza de las flores que cimbrean.

Recreo los oídos con las aves  que migran buscando amparo,
y siento que el quejido de la tierra se atenúa
cuando un viento solo apresura la siembra distraída.

Orbaya, quedamente, orbayas.


*