jueves, 31 de diciembre de 2009

Amo la luz que zigzaguea en sus contornos



Amo sus pestañas sin huidas
cuando se rinden azules en mi vientre.

Crecen flores en el silencio de mis ojos
cuando acampo en la arboleda de sus labios,
conozco su lenguaje de río que no olvida,
el misterio sediento de sus manos
descolgándose como lava ardiente por la campiña,
su sonrisa de lago que contempla tácito el horizonte.

Me nacen ternuras silvestres, todas, cuando le miro
y escalo por su cuerpo entre susurros,
con el requiebro del mar manso en las pupilas.

Amo la luz que zigzaguea en sus contornos -me deslumbra-
y no tengo dedos bastantes para acariciar su rostro.

¡Oh! Esta clara embriaguez de conquistarle,
este querer ser navío para abordar su pelo
y desear lloverle a besos hasta empaparle,
saciar sus hombros desnudos, desplomarme,
y estremecerle de amor bebiendo de su boca.


*

lunes, 28 de diciembre de 2009

Duermes




Te besaré,
mientras la luna gime en su aljibe oscuro,
te besaré y haré breve este invierno.

Sopló la ventisca y borró el camino,
desde entonces el aire es desolación.

Anticipaste la puesta de sol
y ahora duermes en Latmus,
sobre todas las cosas, duermes.


*

domingo, 27 de diciembre de 2009

Mi, me, sin ti (Silencio)



I
Me arde el silencio en esta tarde,
envolvente silencio de ti
que turba mi sangre.


II

Vuelve impoluta aquella mirada tuya, tan triste,
del que acalla los besos, la palabra,
la caricia que dibuja corazones exudados en el vaho del espejo.


III

Hay un espacio infinito entre mi boca y tu tarde
(ya lo dije en otro tiempo, un déjà vu)
y un mar helado con albatros heridos.

Me pregunto, amor, si alguna vez me pronunciaste,
y mi otro yo te besa y necesita tu tacto por entero.
Eso también lo dijeron:
“Yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo”
Tal vez, todo esté ya dicho,
a veces me pregunto por qué sigues en mí.


IV
Tengo los puños desgastados de escribirte,
un temblor en los labios que me delata
escolla mi lecho cuando vienes desnudo de armas,
y sólo quiero ser sábana para dormir como sierpe
liada a tu alfanje -muerte plácida-


V

Se abate en mi piel tu desbandada,
has vuelto a encalar mi nostalgia de ti,
sin ti, contigo, siempre prendido en mis ojos,
piélago eterno que sazona la llaga,
mientras amontono elegías enmohecidas,
-hace tanto de ti en mi memoria-


VI
Vuelves, atardecer satinado que reposa en mis manos,
como el tenue perfume de los pétalos que maduran,
o las ganas silenciosas de besarte los labios.


*

“Yo soy dos y estoy en cada uno de los dos por completo”
(San Agustín)

sábado, 19 de diciembre de 2009

Despunta la mañana con lento rubor





Despunta la mañana con lento rubor,
sopla el viento ternuras en mis labios.

¡Qué celeste ilusión habita en tu clara frente!

Dime, dime tú,
qué será del lábil Caballito de a-mar,
cuando vienes sigiloso enamorando su salterio
y bulle trotes con el soplo de tu aliento.

Dime, dime cómo,
no habré de guardar tus silencios en una Caracola,
para cuando me haga falta tu rocío de isla perdida
a-cercarla a mi oído
y ahogarme en la catarata de tus labios,
desvistiendo la noche en ríos de agua dulce.

Dime, en qué forma de preludio afloraste
si entre juncos y algas te hallaron mis ojos
y se anclaron en la afable playa de tu alma.

Dime tú, que entiendes mi piel de verso amado
con el gesto adorable de tu voz -mi arrullo alado-

Y si acaso la palabra enmudeciera,
(pacífico horizonte que talla el cielo)
no digas nada, que igual sabré que estás,
que somos uno, en cada instante nuestro.


*



jueves, 17 de diciembre de 2009

Tus besos hacen que los arroyos suenen distinto




Voy a acampar mis ojos en el resplandor de los tuyos,
musitando en tus argonautas manos cantos de lluvia,
para amanecer en tu marino arrecife desnudo
y delatar el temblor urgente de la caída de tu mirada.

Voy a nombrarte vigilia eterna venciendo mis tempestades,
porque tus besos hacen que los arroyos suenen distinto,
cuando tus dedos exploran esa mueca de la comisura de mi boca
y enredan tritones si pasean como ave tierna por mi regazo.

Voy a ti, sin cendales, porque combas mis remolinos
y me forjas agua.


*

lunes, 14 de diciembre de 2009

Se ha dejado la tarde embaucar de frío



Se ha dejado la tarde embaucar de frío,
la ventisca asoma más firme y compacta,
conspira susurros abatidos sobre la hierba.

Cruje la última hoja triste, mortecina,
ningún pájaro sobre las ramas, nada,
sólo el frío,
y toda la soledad que emana el humo de los tejados.

Se adentra por los poros la resaca del hielo,
ni la copas de los árboles salen indemnes.

Hoy quiebra la escarcha los rincones más íntimos
haciendo arder la memoria de verdades puras,
y ninguna señal en el camino que indique
dónde fue a parar el fuego que despertaba entre sus manos.


*

viernes, 11 de diciembre de 2009

Cuando vengas a ceñirme de ternura



Cuando vengas a ceñirme de ternura
con tu mar de alabastro enrojecido de amapolas,
iré a tu frontera a robar el abandono de tu pecho.

Cuando los cuerpos solos se colmen en la derrota
y las sedientas lenguas yazgan del combate...

...después, te miraré,
lentamente,
como un idílico remanso
o el último aire enmudecido.

Y si acaso en algún momento sintieras frío,
es que he apartado la insensible sábana
que cubría con decoro tu celosía.

*

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Tú (como soplo vencido del Cielo de tu boca)



Tu voz
irrumpe el Universo de mis sueños,
donde nada se disfraza
y el rito de la nuca se abre a la lluvia.

Tu sonrisa
mezcla de fuego y de luciérnaga,
otorga tibieza al celeste fluido,
como soplo vencido del Cielo de tu boca
libando de caricias las mejillas.

Tus manos
fuga esplendorosa donde me inclino
para ser rehén en la Epifanía que derramas,
y amanecer corceles desplomando el otoño.

Todo Tú
-me llegas-
y te respiro silenciosa
levitando en tu Belleza de Perseo
-constelación atrapada en mi pecho-

Todo Tú
y la ternura que exhalan tus labios.


*

sábado, 5 de diciembre de 2009

Cantos de Erato



Hay en este prólogo un suspiro enamorado,
palpita el corazón su vendimia solazada.


Tus manos de cítara
desvisten mis cantos de Erato
y los eriales se colman de aromados manzanales,
me recorres despacio,
trepando enredadera coronando mis girasoles
con el racimo cálido de tu lengua,
-anidan en pétalos las golondrinas-
alojando en mi vientre licores de malvasía.

En la embriagada vereda de tu mies sembrada
un retoce de besos de la fontana de tu boca
anticipa la danza de la primavera.

Y soy dogal de muslos en tu cintura de barcarola
cuando despeinas las estrellas que dormitaban en mi playa.

Al compás del deseo tu excelsa hermosura
se desgrana en vaivenes que redimen las acacias,
brotando al unísono la flor de los cerezos.


*

jueves, 3 de diciembre de 2009

Al final del invierno



Si al final del frío invierno me recuerdas,
no lo hagas con sabor a muerte.

En tu atardecer
he sabido de la hermosura de las cosas pequeñas,
del crepitar de las olas y su éxtasis,
he sido volátil en la armonía de tu sien
desvistiendo impávida tus prados de deseo.

Si al final del frío invierno, ya no estoy,
no llores lágrimas de ausencia,
que mi corazón tuyo es y seguirá siendo
el peñasco ardiente que germinaste lluvia
(para nacer flores, la más tierna, la más bonita,
nuestra hija - mi sonrisa de mar en calma-)

Y si escribes mi nombre alguna vez,
escribe amor, corazón abierto, o ave tierna,
pero, ni una lágrima tuya, mi amor,
resbale por tu mejilla,
porque has sido mi remanso, mi torbellino,
mi risa, mi torrente, mi cierzo y mi levante,
y espantaré los malos vientos
con un soplo de brisa para que tu corazón cante.


*

martes, 1 de diciembre de 2009

Sólo tú y yo, solos.



Enhebro la tarde de momentos con hilos de luz,
hago pespuntes sin trincheras bajo la paciente Luna.

Tú y yo
y entonces las manos…
y entonces tu mirada…

tan íntima que desplaza al universo
y todo se borda de tus dedos danzarines,
del susurro de tus labios que a todo dan sentido,
mi sentido, siento, sí, ( puntadas de cruz en el vientre)
porque el júbilo de tu sonrisa es un torrente de amor
que me tiene abrazada a tu cuerpo silvestre que riela mis a-mares
y nada, nada, ni siquiera el aire cabe entre nosotros.

Sólo tú y yo, solos.


*