lunes, 26 de octubre de 2009

Vienes amor a mis labios al caer la tarde




Voy siempre contigo en las horas del agua
cuando tus mansas manos recorren mis orillas de río
y colmas mi cuerpo con tu boca de acacia.

Vienes amor a mi ombligo en duermevela
a despertar tempestades de (a- mar) entre la yerba.

Vienes amor y floreces serpentinas en mis trenzas,
vienes a mis labios al caer la tarde, amor,
para que no me olvide de la pomarada de tu lengua.



*

6 comentarios:

  1. Bellísimo, Isabel... los celos de la lírica
    me envuelven y me transportan hasta tus labios...
    Siempre en mi abrazo

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  2. "Vienes amor y floreces serpentinas en mis trenzas"

    Este verso es un gran hallazgo; bellísimo, en verdad. Me encanta esa imagen. En este poema vuelves a incluir el título del blog: "tempestades de amar", una expresión que para ti debe de tener algún significado especial. Dan mucho juego los parónimos amar/amor, y más cuando se hace del primero un calambur. También me llama la atención la palabra "pomarada", que no es la primera vez que te leo, y sólo recuerdo habértela leído a ti.

    Elegante erotismo con esas metáforas campestres que tanto te gustan. Es un "esplendor en la hierba".

    Un fuerte abrazo, Isabel.

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  3. Una llegada pintada con bellos matices uy fiugras que hacen del poema un exquisito deleite a nuestros sentidos.
    El amor llega al ser verdadero sin magullar, viene como lo haz descrito, en cuerpo y alma haciendo metanoia.

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  4. Veo que como en todos,tu poema trasluce la naturaleza,poderosa y sugerente en metáforas,que nos cautivan y nos dejan con mayor claridad la intensidad y profundidad del sentimiento..!!

    Ese reflejo de lo natural consigue dar a tus sentires matices humanos y divinos,amiga.
    Mi felicitación y mi abrazo.
    M.Jesús

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  5. Ufff, tu poesía siempre llega, se siente y se disfruta. Cargada de metáforas y con pedacitos de naturaleza, de color, de agua y sutil erotismo.

    "Vienes amor a mi ombligo en duermevela
    a despertar tempestades de (a- mar) entre la yerba."

    Es un vendaval de emociones, es una tempestad de (a-mar).

    Un beso grande, grande.

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  6. los tres primeros versos ya son un poema, sin embargo los dos siguientes se elevan aun mas, en un instante mágico de exhaltación que en los tres últimos se resuelve en suave armonía, para crear una vez mas una exquisita pieza de poesía sin par a la que me (nos) tienes acostumbrado (s), me agrada sobremanera que siga tu otoñal y singular torrente de hermosuras metafóricas, siempre renovado que me hace presentir un interior inundado de a-mares, gracias encantadora

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