lunes, 2 de noviembre de 2009

Mi melancópolis





Mi corazón
se duerme peinando
el desorden de tus cabellos.


Existe un mar
de atardeceres transparentes,
como tu mirada
que también trasluce
como estela en el universo,
y existen olas que mecen besos
que agitan los muslos;
así como existes en mis días
manas oasis de dulzura en mis paisajes.

Existe una ciudad
la de tus labios- fruta jugosa-
(mi melancópolis)
donde soy esqueje al que avivas
porque bebo en tu alborada,
y soy en tu voz un fuego acompasado
pavesa que vuela acariciando tu alma.


*

7 comentarios:

  1. Original Isabel, me quedo con la hermosa ciudad la de tus labios, fruta jugosa, donde eres esqueje al que avivas... precioso amiga.
    un placer perderme por tus bonitos versos.

    Que tengas una feliz semana
    un beso
    RMC

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  2. Me ha parecido muy original ese neologismo que has acuñado: "melancópolis", que hacía presagiar un poema más mohíno. La última vez que leí la palabra "esqueje" fue a Sara.

    Lo único que no me ha gustado mucho es la repetición de la conjunción "que" en estos versos: "y existen olas que mecen besos / que agitan los muslos", aunque la imagen evocada es bonita. También me ha gustado la pavesa del último verso.

    Un fuerte abrazo, Isabel.

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  3. Isabel,sigues sorprendiéndonos con tu superación en la expresión y en el contenido.Esas "manos-oasis" que acarician.. son una maravilla. Asi como el "melancópolis".Lo cierto es que la tierra y el cielo viven contenidos en nuestro "microcuerpo" y tú lo sabes descubrir y disfrutar en tus letras de forma mágica y gratificante.

    Recibe mi felicitación y mi abrazo,amiga.
    M.Jesús

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  4. Que bello lo has hecho, con la sensibilidad a flor de piel...

    gracias.
    cariños.
    muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

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  5. Me gusta tu mar de versos
    y tambien sus tempestades,
    me encanta como lo ofreces,
    aunque tu mar no me alcance.

    Un beso desde mi mar.

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  6. 'y existen olas que mecen besos' Casi me puse a bailar tu balada de las olas.
    Lo he disfrutado hasta el punto final, con ese 'fuego acompasado
    pavesa que vuela acariciando tu alma.'
    Debes estar cansada de leerlo, pero qué hermoso.
    Disculpa, a veces se me acaban las palabras para describir las emociones que me recorren cuando te leo.
    Un beso enorme.

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  7. canta y canta y encanta(me)soprano de las letras con tus coloraturas, con tus simbiosis de naturaleza singular y sentires profundos ("como un niño frente a dios", diría,en su canción Gracias a la Vida, la folclorista chilena, Violeta Parra), no te detengas y sigue, sigue y prosigue tu vuelo sui generis, adornado de filigranas metafóricos siempre renovados, para delicia de todos los afortunados que tenemos el privilegio de saborear cada gota de tu néctar poético...

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