Surca la tristeza su corteza
maldice aullidos con su ramaje
testigo infinito de la vida
el Roble perdura en su coraje.
maldice aullidos con su ramaje
testigo infinito de la vida
el Roble perdura en su coraje.
Le humedece la hiedra, sin estrangulo
lo acompaña y rodea aprehendida,
con su espalda de musgo aún principiante
meciendo el dolor de nudos se inspira.
lo acompaña y rodea aprehendida,
con su espalda de musgo aún principiante
meciendo el dolor de nudos se inspira.
Los matojos lo lindan con sus ladridos,
los helechos le cuentan entre la niebla
y desprende sus breñas entre las piedras
enraizando en cada oquedad su vacío.
los helechos le cuentan entre la niebla
y desprende sus breñas entre las piedras
enraizando en cada oquedad su vacío.
*
Para cuando vengas por aquí, estimado Óscar, así siento tu tristeza, es para ti, con respeto y cariño, espero te guste.
ResponderEliminarGracias por los muchos detalles que tienes para conmigo, Isabel. Eres muy generosa. Mientras leía tu poema se me ocurrió que tal vez habías pensado en Sara y en mí al escribirlo (por la hiedra, el musgo y los helechos), pero no lo supe hasta que leí tu escolio. Ese roble podría ser el árbol de la vida. En un poema ('El beso que oscila') le dije a Sara que era del roble la corteza. Puede que te hayas acordado.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención la rima. De nuevo, gracias por querer tanto a Sara sin siquiera haberla conocido. Tal vez Ella te esté leyendo.
Un fuerte abrazo, mi estimada amiga.
No se merecen, Óscar, es un placer haber conocido tu poesía y la de Sara, el poema salío así con rima, tal vez, porque acababa de leer algunos poemas rimados. Ahora tú debes ser la corteza, debes ser fuerte y caminar hasta que la luz temple tu vida.
ResponderEliminarUn abrazo, estimado Óscar
Isabel, has demostrado que tienes gran calidad no sólo como poeta, sino también como persona. Tienes un gran corazón.
ResponderEliminarYo también deseo que la tristeza deje de hacer surcos en la corteza de roble que ahora debe aprender a ser Óscar; pero difícilmente alguien lo hubiera dicho mejor.
La hiedra, el musgo, los helechos y la niebla, son detalles muy generosos de tu parte.
Un enorme abrazo, y mi admiración.
Gracias Marisol, por considerar mi persona, que para mí es mucho más importante que la poesía. El poema está hecho desde le cariño y la comprensión del dolor, pues a veces lo aparentemente duro y vitalista, no lo es tanto y se quiebra desde la tristeza.
ResponderEliminarUn beso grandote para ti.