
A un soplo de ti, vivo suspendida del universo,
donde mis sueños se pliegan engañando al tiempo,
o se despliegan con alas de memoria,
me acecha a veces el amarillo de la ausencia,
el desvarío de la huella perdida,
Ven y desyesa mi corazón,
ven, te necesito para inventar otro cielo.
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